Han caído muchas tormentas desde que el almirante Ridley dominase los negros abismos de Behemot. Todos los piratas le temían a él y a sus hombres. Las cárceles estaban llenas de tipos que aseguraban haber matado a Ridley, haberlo herido de muerte o asestarle un golpe mortal, pero ninguno podía presumir de haberlo vencido. Claro que de todo eso hace mucho tiempo…
El almirante Ridley y su tripulación de intrépidos y leales hombres vagan ahora malditos a bordo de lo que fue un orgulloso navío militar, ahora cochambroso y desaliñado, sembrando el pánico con leyendas que se repiten de boca en boca a lo largo y ancho de la vasta galaxia. Y es que muy pocos saben porque un hombre de tan maña reputación y cuyo pecho destellaba oro de medallas, pudo acabar siendo uno de los piratas más temidos que haya navegado nunca bajo estas estrellas.
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